domingo, 22 de enero de 2017

APRENDIENDO A SER FELICES (II)


A veces algunos viven siendo “víctimas” y quejándose de su situación o de las personas de su alrededor, son especialistas en ver lo peor de su vida, sin embargo cuando se adquiere la responsabilidad de captar lo mejor de la gente e interpretar las situaciones desde una perspectiva más favorable, se está configurando y desarrollando en su mente una actitud más positiva. 
Esto no significa que la gente sea ingenua o ciega, sino que elige opciones más constructivas y dinámicas, antes que permanecer enfangado en el drama. De hecho muchas personas se pasan la vida juzgando a los de su familia, amigos, conocidos y a su entorno, mostrando su descontento e infelicidad, sin darse cuenta que de esa forma derrochan su tiempo y energía que podían estar dedicando a aprender y crecer. 
Lo cual les puede generar abundante frustración y rabia, ya que esa pérdida de tiempo y energías no la recuperarán y nada favorable les produce, ni a corto ni a largo plazo. Otra apuesta clave para ser más felices es el poder de concentrarse en el presente, liberándose de preocupaciones de futuro. Es la vía más fácil para no contaminar ese presente y otorgándose el placer de sentir todo el potencial mental actual, en la acción del ahora. 
Con la tranquilidad de que así se dirige uno con más seguridad hacia las metas diseñadas y con la certeza de que los objetivos van llegando a su tiempo. 
Los hallazgos de investigaciones en psicología que produce el tener una vida más feliz, son que estimula la creatividad, y por ello mayor capacidad de resolución de problemas, así como el desarrollo de una visión más amplia y más apertura al mundo. Además, mejora la calidad de todos sus procesos cognitivos e incrementa su inteligencia social.