domingo, 15 de diciembre de 2013

TU FUERZA INTERIOR / YOUR INNER STRENGHT (VII)


A NIVEL DEL YO

La enfermedad es el camino para entender y comprender nuestras propias limitaciones biológicas, materiales y tangibles y para abrir los ojos a “toda nuestra realidad”, a lo más profundo.

La enfermedad es el momento para entender que la vida va más allá de esas limitaciones. Es la oportunidad para abrirse a la conexión con el propio yo y reconciliarnos con nuestros sentimientos, con el amor, el perdón, el agradecimiento, con nuestro yo auténtico.

Sobre todo, la enfermedad es una fase en el proceso de la vida que nos ayuda a seleccionar, a filtrar, a decidir cual es lo verdaderamente importante y lo que realmente vale para cada uno.

La enfermedad también puede ser un momento crucial para hacerse preguntas:

¿QUÉ DESEO REALMENTE EN LA VIDA AHORA?
¿CUÁL ES MI PROPÓSITO, PARA QUÉ ESTOY AQUÍ?
¿CUÁLES SON MIS VALORES PERSONALES?
¿CUÁLES SON MIS POSIBILIDADES?
¿QUÉ ESTOY HACIENDO REALMENTE VALIOSO EN MI VIDA AHORA Y CUÁL PUEDO HACER?
¿CÓMO PUEDO EVOLUCIONAR?

LA ENFERMEDAD Y LO ESPIRITUAL

A la vez la enfermedad es una de las vías para encontrarnos con nuestra espiritualidad, elevarnos dando un paso más y contactar con EL UNIVERSO, EL ESPÍRITU, DIOS, respetando siempre como cada uno lo llame. Desarrollar espacio para contactar con nuestra mente y nuestra alma que aunque siempre han estado con nosotros, a veces no se les ha querido, o no se les ha podido escuchar. Somos seres espirituales en nuestro recorrido por la vida.

LA ENFERMEDAD Y LOS OTROS

A veces para seguir avanzando es necesario sacar de nuestra vida aquellas experiencias  o personas que ya no nos aportan: “agradecer el tiempo que estuvieron y dejar ir”.

Cuando nos comprometemos con el cambio positivo, con un propósito superior, nos vemos obligados a las despedidas. Personas, situaciones o actitudes que en otros tiempos tuvieron sentido, ahora quizás deben seguir su propio camino. Revisar las relaciones y no aferrarse a ellas.

Las personas que hay en nuestra vida en estos momentos no necesariamente han de seguir nuestros pasos, pero tampoco frenarlos. Hay que dejarlas ir con amor y sin rencor. (SIGUE...).