viernes, 11 de octubre de 2013

MOTIVATION CHILDREN


Con frecuencia en los centros educativos, los profesores son vigilantes muy exagerados para prestar atención solo a lo que el niño hace mal. Pendientes constantemente de sus errores, y castigándoles si pueden por ello y si no pueden también, con los gestos y la mirada. Y a pesar de sus estudios, y de su carrera, algunos aún no practican lo mejor que puede existir para motivar a sus alumnos. 

Es cierto que la motivación como tantos aspectos de la vida, es muy subjetiva y lo que estimula a unos puede que a los otros no tanto, aunque sí coinciden unos aspectos generales. Existen unas formas de motivación que casi siempre dan resultado y además estimulan la autoimagen en el niño e incrementan su autoestima. Y estas precisamente son valorando y reconociendo todo lo que sí hace bien. ...Que bien te han salido estas tres cuentas... aunque las otras cinco no le hayan salido, que letra tan bonita has hecho aquí, aunque el resto de la página esté peor...., es así como el niño se va creciendo, es de esta forma como el alumno se alegra y comienza a degustar esa valoración que le hizo su profe y como comienza a desear más de eso que su profe le dijo. 

El refuerzo social, las palabras amables y cariñosas son el más potente motivador cuando uno es pequeño, se encuentra en el cole solo y desamparado, le alegra mucho saber que la profe está contenta con lo que él hace, que sí está en lo cierto con lo que escribe y que es por ahí por donde tiene que seguir si quiere tener a todos contentos y justo es esto lo que el niño desea. 

El que la profe se fije en lo que sí hace bien, le da la pista de por donde tiene que continuar, la emoción que le produce un mayor interés e implicación y el sentimiento de sí puedo que lo mantendrá atento durante más tiempo. Con todo esto se le incrementará la autoestima y ahora si que necesitará hacer las cosas bien, sabe que las puede hacer así, y sobre todo quiere. Es cierto que este camino es muy diferente del otro: niño no sabes sumar. Escribes muy mal, a ver no tienes ni idea. Niño esto está muy sucio. Niño copia cien veces haber con h y con b.... Y cuando llega la madre: Señora, su hijo no sabe leer, no sabe escribir.... etc... y la madre se va encogida para casa con su hijo. También va triste porque no sabe como hacer con él. Y la tristeza se la transmite a su niño. 

Este asocia que algo pasa con él. Asocia que el cole es algo que a todos de su casa, y a él les pone tristes. Y el pobre niño cada día que va, prefería no haber ido, él quiere que sus papis estén contentos y el cole es una cosa mala que les pone a todos preocupados. Y así gradualmente también el niño se va poniendo enfermo cada vez que tiene que ir para clase, para él es un martirio y sufrimiento (fobia escolar). Y cuando va creciendo, sin amor a la enseñanza, está deseando ser mayor para trabajar y no estudiar porque eso es un martirio. 

El contexto de estudio para él es algo donde le han recordado su inutilidad, incapacidad, le han castigado y le han destruido su autoestima. Y así lo antes que pueda se retirará del mundo oscuro de los estudios, él no vale para eso, pensará. Y cuanto antes se retirará de la enseñanza. Y los maravillosos profes que se encontró de paso estarán tan contentos ¡¡¡ por aquello de que la letra con sangre entra¡¡¡¡
Así de duro y de fuerte. 

Esto no solo lo vivencia una especialista en psicología, los protagonistas lo cuentan, repetidamente en las diferentes edades por las que aparecen en consulta, en función de cada caso, y muchos de los profesores que se preparan para orientadores educativos también, también cuentan lo mismo, que en realidad con muchísima frecuencia es lo que ocurre (dicen que a veces hay profesores que esperan que los niños se comporten como ordenadores, no como personas). 

En cientos de ocasiones la enseñanza es así de destructiva. De ahí que lo mejor para el profesor, trabajar lo primero el "sí mismo" para que sea capaz de ver lo bueno en los humanos, todo el potencial a desarrollar que tienen delante de sus ojos, y que una vez sus ojos estén limpios sean capaces de dar reconocimiento y valoración, a esas cualidades incipientes que en los niños como semillitas están floreciendo y en lugar de pisarlas y gritar "esto no es lo que quiero de tí", que sean capaces de regar y cultivar para que vayan cogiendo fuerza. 

Al niño se le valora y se le reconoce todo lo que vaya haciendo y lo que no esté tan bien, informarle de lo que se espera de él, pero no insultarle y marginarle. Los educadores son muy poderosos pueden dar vida¡¡¡